Agujeros es una serie que aborda las condiciones cambiantes de la propia retina del observador, subrayando cómo la visión y la temporalidad son elementos inseparables.
Aunque en principio la idea de cubrir con un círculo oscuro grandes superficies redondas, se aproximaba más a la representación de puntos ciegos, (esos puntos negros en el ojo que no perciben nada); la imagen de un espacio oscuro y brillante que fue quedando como resultado, reproduciendo el reflejo del propio observador al caminar en torno a las piezas, llevaba más a pensar en la superficie del lienzo como la posibilidad de percibir la realidad de otro modo, como una realidad paralela a la misma mediante un enrarecido efecto de espejo negro.
Estas piezas demandan tiempo. Están hechas al óleo con extensas capas de aceite, con un pequeño pincel para extender la pintura cuidadosamente sobre la superficie, en un proceso similar al de la escritura a mano, donde cada pedacito importa, porque intenta retener un fragmento de tiempo, un momento de pensamiento en el que las ideas no son tal vez lo más importante, sino el hecho en sí de pensar.
Por otra parte también demandan tiempo en el observador. No se trata de piezas de puro diseño minimalista, impresas mediante un proceso industrial donde la presencia del factor humano es a penas una idea y el momento de pulsar un botón, sino todo lo contrario, las pequeñas imperfecciones producto de la naturaleza de las cosas hechas a manos, el olor del material, son estímulos necesarios para comprender estas pinturas como objeto, más allá de las relaciones que puedan establecer con otros discursos contemporáneos paralelos…
La observación está ligada a dos tipos diferentes de estudios, por un lado hacia las condiciones cambiantes de la propia retina del observador, sujeto a su coeficiente emocional, intelectual, sensitivo… y por otra parte a cómo la percepción y la cognición son procesos esencialmente temporales, que dependen de un amalgamiento de pasado y presente.
Las ideas de las cosas, los objetos, los acontecimientos, nunca han sido copias de la realidad externa, sino más bien el resultado de un proceso introspectivo en el cual las ideas transitan procesos de fusión, fundido, inhibición, que se amalgaman con otras ideas previas o que ocurren simultáneamente. En este sentido es curioso señalar cómo las impresiones visuales que recibe la mente permanecen por al menos, una octava de segundo luego de que la imagen ha sido removida, y en consecuencia al observar detalladamente una superficie extensa, la observación está crecientemente ligada al cuerpo y a su condición de temporalidad.
NIDO DE ESPECTADORES
Nido de espectadores se desarrolla en torno a la mirada del individuo como pieza
social, cuya esencia es extensible al conjunto social al que pertenece…
OBRAS SIN SISTEMA
Subrayando la disolución de los significados socialmente compartidos, por la desconexión entre los usos políticos y mercantiles, culturales y turísticos, de los espacios públicos, agrupo este conjunto de intervenciones como una serie de obras sin sistema…
LA ESCRITURA COMO OBJETO
El desplazamiento entre sentidos diferentes, más que el rigor delimitante de los conceptos…
PIENSO
... ... en los puntos neurálgicos de la sensibilidad que ubican el sentido del arte más allá de la comunicación. Pienso en la superposición de varias ideas que se combinan en un mismo resultado sensorial, a través de diversos géneros, medios, temas, lenguajes estéticos, momentos en la historia del arte… Pienso en los distintos niveles de incidencia de un enunciado, de un individuo a otro, o de un momento a otro del mismo individuo, mediado por su propio tiempo y entorno perceptual cambiante.
Pienso en el arte como la necesidad de fijar la mutabilidad de unas relaciones entre los conceptos, los procesos, las prácticas, los gustos, los deseos… La necesidad de ordenar o fijar la transitoriedad de las relaciones entre elementos aleatorios, que son o representan una realidad también cambiante, y que es como una escritura cuyas ideas resultasen infinitamente intercambiables, negando los propios límites del espacio/tiempo racional como sostén para todas las posibles combinaciones de signos.
La razón de mi trabajo es intentar captar un fragmento de ese caos extensible hasta el infinito como la lógica de los fractales, donde nada prevalece y a la vez todo se sujeta a la esencia, donde unas formas se sustituyen por otras, unos motivos por otros, y en ocasiones no sucede nada.
Pienso en lo intransferible de la experiencia personal. Me interesa cuando pueden surgir articulaciones de sentido comunes a varias sensibilidades, generando instancias-obra, momentos-obra. Cuando coinciden en un lugar y un momento específicos el motivo, los sujetos, la reflexión estética, y verdaderamente acontece una obra de arte.
Sin embargo, en las sociedades contemporáneas estas relaciones en ocasiones se disuelven, dado el desarrollo de los mecanismos de comunicación global, el despliegue de nuevas formas de producción, consumo y circulación del arte, donde se hace notable el tiempo y la velocidad como formas de economía.
Es así como recurro al trabajo con conceptos que han perdido su eficacia como prácticas autónomas, para hallarse en un estado de intersección, y a veces mis obras tienden a subrayar esa condición del arte actual, donde los contextos y los modos de establecer una relación estética están condicionados por un acontecer fluctuante.
La necesidad de fijar las relaciones entre conceptos y sucesos aleatorios, que representan una realidad también cambiante, es la base de mis procesos de creación.
Por: Yeny Casanueva